El Ilustre Emperador de Toda Evidencia Escritural

Hablar acerca de cualquier tattva en el Gauḍīya Vedānta es una tarea de enormes proporciones, una tarea que requiere abordar adecuadamente el tema en cuestión con todas sus complejidades actuales, así como cierto conocimiento de los medios para abordarlo y teologizar sobre él en términos contemporáneos. Desde ambos lados de la discusión, esto exige la intervención de participantes que pueden ser claramente progresistas pero al mismo tiempo muy tradicionales, que sepan cómo lidiar con los muchos arquetipos actuales pero que lo hagan con un marco de referencia claro, proveniente de la revelación: que sepan acerca de la necesidad para una jerarquía epistémica.

En pocas palabras, la epistemología es un departamento filosófico que se ocupa de cómo sabemos lo que sabemos. Esto constituye una metodología que determina el curso de casi todas las investigaciones no solo en el ámbito del Vedānta, sino también en la filosofía moderna, la ciencia y otras áreas de investigación. Sin una discusión preliminar sobre la jerarquía y aplicación de los pramāṇas (en este caso, fuentes de evidencia escritural) es casi imposible llegar a una comprensión adecuada sobre este o cualquier otro tema multifacético.

Si bien pramāṇa se refiere al medio ideal para obtener conocimiento en el Gauḍīya Vedānta, todo aquello que se pruebe a través de él se conocerá como prameya. Por lo tanto, antes de intentar determinar cualquier cuestión filosófica (prameya) en la Gauḍīya sampradāya, primero y ante todo tenemos que determinar los medios adecuados para llegar a la conclusión deseada (pramāṇa). En otras palabras, pramāṇa constituye aquel método particular que elegimos para corroborar cualquier verdad concluyente específica, y prameya se referirá a aquella verdad que será determinada a través de pramāṇa. Desafortunadamente, este abordaje clásico ha sido algo descuidado en la mayoría de los debates Gauḍīya contemporáneos, los cuales giran hoy en día en torno a prameya sin ninguna resolución, ya que pramāṇa no se ha establecido adecuadamente primero: una vez que hemos establecido pramāṇa, solo entonces es posible entender qué es prameya, ya que prameya viene de pramāṇa[1]. Y si bien la mayoría de las escuelas vedánticas poseen su propia jerarquía epistémica para llegar a sus conclusiones particulares, aquí describiré brevemente por qué y cómo los Gauḍīya Vaiṣṇavas adoptan un sistema ligeramente diferente pero no menos notable, que consideran la joya cumbre de todo pramāṇa: el Śrīmad Bhāgavatam.

Śrī Caitanya, el mismísimo fundador de la Gauḍīya sampradāya, se dirigió principalmente al Bhāgavata como la fuente suprema de toda revelación. Este texto establece su propia ultimidad al describir cómo su autor, el legendario Vyāsa, se sintió insatisfecho incluso luego de haber compilado toda la gama de revelaciones védicas. Luego, bajo la guía de su maestro, Śrī Nārada, Vyāsadeva finalmente compuso su obra maestra en la forma del Śrīmad Bhāgavatam, a través del cual alcanzó un sentido de logro final, al establecer la soberanía del uttama-bhakti por encima de cualquier otra meta y proceso, así como la posición de Śrī Kṛṣṇa como Svayaṁ Bhagavān, el Absoluto personal no dual. Sobre la base de esta elaboración y en términos de jerarquía epistémica, los Gauḍīya Vaiṣṇavas siempre han dirigido su atención hacia el Bhāgavata como la fuente preeminente de revelación, considerado como el comentario natural del Vedānta.

A pesar de lo que se ha presentado hasta aquí, a esta altura algunos quizás sostengan que el Vedānta-sūtra debería de todas formas tener prioridad sobre el Bhāgavata por haber sido escrito antes, siendo el Bhāgavata una elaboración de los sūtras originales de Vyāsa. Dicho esto, y teniendo en cuenta lo que la erudición secular puede establecer en términos de cronología, el Śrīmad Bhāgavatam es considerado por los Gauḍīyas no como un libro o como un mero registro de eventos históricos, sino como una realidad eterna que se manifiesta en la historia humana en un momento específico en el tiempo y en circunstancias terrenales, pero permaneciendo intacto y más allá de cualquier influencia relativa. Al no ser diferente del propio Bhagavān, se considera que el Bhāgavata posee una existencia eterna, más allá del tiempo y sin principio ni fin. Según el libro mismo (1.3.40), esta obra constituye la encarnación literaria del Señor Supremo, por lo que si sugerimos que el Śrīmad Bhāgavatam depende de lo que dice el Vedānta-sūtra para que tenga pleno sentido, entonces debemos recordar que así como Bhagavān es la entidad supremamente independiente (svarāṭ), el mismo grado de independencia (y por lo tanto de autonomía epistémica) debería aplicarse entonces al Bhāgavata, la autoridad escritural suprema para los seguidores de Śrī Caitanya.

Ya que invocamos su más sagrado nombre, compartamos lo que el propio Śrī Caitanya dijo sobre el estatus del Bhāgavata en el reino de la revelación Gauḍīya:

• Al reprender a Devānanda Paṇḍita, Śrī Gaurasundara estableció la superioridad del Bhāgavata sobre los Vedas, diciendo que “Los cuatro Vedas son como yogur, y el Śrīmad Bhāgavatam es como mantequilla. Śukadeva Goswāmī batió dicha mantequilla, y Parīkṣit Mahārāja disfrutó del resultado” (Caitanya Bhāgavata 2.21.16)[2].

• En uno de los pocos versos atribuidos al propio Mahāprabhu, él ha dicho que los sonidos de los Upaniṣads están muy lejos de donde la ambrosía del hari-kathā puede llevarnos, śrutam apy aupaniṣadaṁ dūre hari-kathāmṛtāt[3]. Aquí, los Upaniṣads son representativos de las declaraciones védicas, mientras que hari-kathāmṛta se refiere aquí al Bhāgavata: un giro de lo que es brahma-jijñāsā a lo que es rasa-jijñāsā. Luego, Śrī Gaurahari matiza aún más su afirmación diciendo que “En ellos [los sonidos de los Upaniṣads], no hay derretimiento del corazón, ni temblor, ni lágrimas, ni pelos de punta [como ocurre en conexión con el Bhāgavata]”. Dado que nadie exhibió estos signos extáticos en la medida en que lo hizo el propio Gaura, esto habla de cuán seriamente él abrazó el Bhāgavata como el pramāṇa supremo, encarnando él mismo tanto la “persona Bhāgavata” como aquella euforia divina que surge como resultado natural de escuchar (y vivir en) el Bhāgavata.

• Cuando Prakāśānanda le pidió que explicara el significado del Vedānta-sūtra, el Señor Dorado aprovechó esta oportunidad dorada para establecer las glorias del Bhāgavata[4]. Śrī Gaurahari dijo: “Vyāsadeva recopiló todas las conclusiones védicas, las cuales se encontraban en los cuatro Vedas y los 108 Upaniṣads, y las colocó en los aforismos del Vedānta-sūtra. En el Vedānta-sūtra se explica el significado de todo el conocimiento védico, y en el Śrīmad Bhāgavatam se explica el mismo significado en dieciocho mil versos. Por lo tanto, se debe concluir que el Vedānta-sūtra queda explicado vívidamente en el Śrīmad Bhāgavatam. Además, aquello que se explica en los versos del Śrīmad Bhāgavatam tiene el mismo significado que aquello que se explica en los Upaniṣads” (Caitanya-caritāmṛta 2.25.98–100). Luego, Gaura declaró: “El Śrīmad Bhāgavatam entrega el significado real del Vedānta-sūtra. El autor del Vedānta-sūtra es Vyāsadeva, y él mismo ha explicado esos aforismos en la forma del Śrīmad Bhāgavatam” (Caitanya-caritāmṛta 2.25.142). Citando una famosa sección del Garuḍa Purāṇa, Śrīmān Mahaprabhu continuó: “El significado del Vedānta-sūtra está presente en el Śrīmad Bhāgavatam. Allí también se encuentra todo el significado del Mahābhārata. El comentario del brahma-gāyatrī también está allí, completamente ampliado junto con todo el conocimiento védico. El Śrīmad Bhāgavatam es el Purāṇa supremo y fue compilado por la Suprema Personalidad de Dios en su encarnación como Vyāsadeva. Posee doce cantos, 335 capítulos y dieciocho mil versos” (Caitanya-caritāmṛta 2.25.143–144)[5]. Llegando al final de su presentación, Śrī Caitanya le dijo a Prakāśānanda: “El Śrīmad Bhāgavatam entrega información directa sobre la melosidad que se deriva del servicio a Kṛṣṇa. Por lo tanto, el Śrīmad Bhāgavatam está por encima de todas las demás escrituras védicas” (Caitanya-caritāmṛta 2.25.150). Finalmente, Gaura Bhagavān aconsejó a Prakāśānanda Saraswatī: “Estudia el Śrīmad Bhāgavatam con mucho escrutinio. Entonces comprenderás el verdadero significado del Brahma-sūtra [Vedānta-sūtra]” (Caitanya-caritāmṛta 2.25.153).

Además de la opinión cristalina de Śrī Caitanya sobre la supremacía del Bhāgavata como la esencia destilada de todas las formas de revelación védica, el Bhāgavata mismo valida en sus páginas su propia ultimidad en comparación con otras formas de revelación, tanto al principio como al final de su discurso. Esto se conoce en la hermenéutica védica clásica como upakrama-upasaṁhāra, donde el verdadero significado de un texto se determina prestando mucha atención a todo aquello que se ha dicho al comienzo (upakrama) así como al cierre del mismo (upasaṁhāra)[6]. Respecto a upakrama, desde el mismo comienzo del Bhāgavata, su vastu-nirdeśa-śloka (1.1.2) establece la supremacía de esta obra[7]. Y después de glorificar su contenido con sumo detalle, dicho verso declara, kiṁ vā paraiḥ: “¿Qué necesidad hay de alguna otra escritura aparte de esta?”. Podría decirse que el Vedānta está incluido en esta audaz declaración, ya que su propio autor es quien declara semejante cosa aquí. Luego, el siguiente verso (1.1.3) describe el Bhāgavata como nigama-kalpa-taror galitaṁ phalaṁ, el fruto completamente maduro del árbol de los deseos de la literatura védica. Muy poco después de esto, el verso 1.2.3 describe esta obra como śruti-sāram, la crema de todo el śruti. Luego, en el siguiente capítulo (1.3.41), el Śrīmad Bhāgavatam se describe como sarva-vedetihāsānāṁ sāraṁ sāraṁ sāraṁ samuddhṛtam, o la crema de todas las literaturas e historias védicas del universo. A continuación, y en respuesta a la pregunta de Śaunaka sobre dónde se había refugiado el dharma ahora que Kṛṣṇa se había ido a su propia morada, Sūta Goswāmī respondió que en ausencia de Kṛṣṇa, el Bhāgavata actuará como el sol en la era de Kali, proporcionando luz a la gente del mundo. En otras palabras, el Śrīmad Bhāgavatam actuará como representante o apoderado de Bhagavān (pratinidhi), ocupando su lugar cuando él esté ausente de la visión del mundo. La idea que se pretende dar aquí es que el Bhāgavata no es diferente de Kṛṣṇa.

En términos de upasaṁhāra, en el último capítulo de su último volumen, el Bhāgavata pone fin a su sermón ofreciendo una maravillosa y profusa alabanza de su contenido[8], refiriéndose a sí mismo en los versos 12.13.12 y 12.13.15 como sarva-vedānta-sāraṁ (la esencia de todo el Vedānta) y también etiquetando a este Gauḍīya grantha-rāja en los versos 12.13.16–17 como “el más grande (anuttamā) de todos los Purāṇas”. Finalmente, el Śrīmad Bhāgavatam queda bellamente retratado e inmortalizado en el verso 12.13.18 como el Purāṇa inmaculado: śrīmad-bhāgavataṁ purāṇam amalaṁ. De esta manera, aunque el Bhāgavata pueda haber expresado cierto nivel de respeto por el Vedānta en algunas de sus secciones, el mayor respeto del Bhāgavata se dirige al Bhāgavata mismo, tal como se ha demostrado aquí[9].

Otro ejemplo de la ultimidad epistemológica del Bhāgavata (así como de la importancia de establecer dicha obra como pramāṇa antes de intentar determinar cualquier tipo de Gauḍīya siddhānta) proviene de Śrī Jīva Goswāmī, el tattva-ācārya de la Gauḍīya sampradāya. Él ha mostrado con su propio ejemplo cómo debemos establecer cualquier verdad concluyente a través de la lente del Bhāgavata en su monumental Ṣaṭ Ṣandarbha, al él primeramente establecer en el comienzo mismo de su primer Sandarbha (Tattva Sandarbha) cómo el Śrīmad Bhāgavatam constituye la fuente más elevada de apoyo escritural en toda la Gauḍīya sampradāya. Al igual que Śrī Jīva, Śrīla Sanātana Goswāmī glorifica apasionadamente el Śrīmad Bhāgavatam en los versos 412–416 de su Kṛṣṇa-lila-stava, donde, entre profusas y extensas alabanzas, se dirige al Bhāgavata como “el néctar del océano de todas las escrituras” (sarva-śāstrābdhi-pīyūṣa), “el fruto singular de todos los Vedas” (sarva-vedaika-sat-phala), “la rica mina de las gemas preciosas de todas las verdades concluyentes” (sarva-siddhānta-ratnāḍhya), “el aire vital de todos los devotos del Señor Supremo” (sarva-bhāgavata-prāṇa), “la imagen exacta de Śrī Kṛṣṇa” (śrī-kṛṣṇa-parivartita), “cuya cada sílaba derrama un torrente de prema” (prema-varṣy-akṣarāya), “tú, que eres el propio Śrī Kṛṣṇa” (śrī-kṛṣṇāya) y “mi único amigo, mi compañero constante, mi maestro espiritual, mi gran riqueza, mi salvador, mi buena fortuna, mi fuente de éxtasis” (mad-eka-bandho mat-saṅgin mad-guro man-mahā-dhana man-nistāraka mad-bhāgya mad-ānanda).

De esta manera, la Gauḍīya sampradāya ha establecido inequívocamente al Śrīmad Bhāgavatam como su pramāṇa supremo basándose en lo que su mismo fundador ha dicho, así como en aquello que el Bhāgavata mismo ha dicho y, por último, pero no menos importante, basándose en aquello que los Goswāmīs han establecido junto con sus escritos, todo lo cual constituye otro aspecto crucial de la epistemología Gauḍīya, debido a que todas las obras de los Goswāmīs giran exclusivamente en torno al Śrīmad Bhāgavatam: el ilustre emperador de toda evidencia escritural y la joya cumbre de toda jerarquía epistémica.


[1] Este sistema no solo es seguido por Śrī Jīva Goswāmī en su Tattva Sandarbha, sino por la mayoría de las escuelas de pensamiento en la India, como los Yoga-sūtras y demás.

[2] En la antigua India, la mantequilla se batía a partir del yogur y no a partir de la nata, como se suele hacer en Occidente.

[3] Este verso es citado en el Bhakti Sandarbha 69 y atribuido a Śrī Caitanya por Śrīla Jīva Goswāmī.

[4] Ver Caitanya-caritāmṛta 2.25.91–166 para una presentación completa sobre este tema. Aquí citaré solo algunos breves extractos de dicha sección.

[5] Los versos del Garuḍa Purāṇa aquí mencionados también son invocados por Jīva Goswāmī en su Tattva Sandarbha 21, tal como los cita Śrī Madhvācārya en su Bhāgavata-tātparya 1.1.1.

[6] Aparte de estos dos, que en realidad se consideran un solo aspecto, existen otras cinco consideraciones a la hora de establecer el sentido último de un libro: aquello que se repite a lo largo del texto, aquello que es original de dicho texto, aquello que se considera como el resultado a alcanzar, aquello que se elogia y aquello que se establece mediante argumentos lógicos.

[7] Un vastu-nirdeśa-śloka es uno de los tres componentes principales de un maṅgalācaraṇa, o invocación auspiciosa. En este caso particular, es un verso (śloka) que apunta (nirdeśa) a la esencia misma (vastu) del Bhāgavata. Véase el Bhagavat Sandarbha 95 para una explicación detallada de este verso, así como la descripción de Śrī Jīva de la incomparabilidad del Bhāgavata.

[8] Véase el Śrīmad Bhāgavatam 12.13.11–18 para una glorificación completa.

[9] Para más información sobre el Śrīmad Bhāgavatam como la forma suprema de evidencia Gauḍīya por encima de otros śāstras, véase Tattva Sandarbha 19–26.

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