Más Allá de Ātmārāma (Parte 2): Gaura-līlā, el más Elevado Alcance del Verso Ātmārāma

En el Gauḍīyā Vedānta adoramos un secreto a voces. En el Gauḍīyā Vedānta adoramos a un Dios débil, una entidad “perfectamente defectuosa”, quien se ve constantemente derrotada por la fuerza del afecto que le rodea. A manos de sus más íntimos sirvientes, Bhagavān es conquistado día tras día, en todas las formas posibles: atado por Yaśodāmāyī, derrotado en la lucha por Śrīdāma y regañado por Rādhā y sus sakhīs. En el Gauḍīyā Vedānta adoramos a un Dios débil ya que adoramos al amor por encima de Dios, tal como él mismo lo hace. Este es un tipo de amor muy especial y, por lo tanto, un tipo de Dios muy especial.

Por lo tanto, la esencia de Dios no es su estatus divino, sino más bien su capacidad y disposición para trascenderse a sí mismo en amor divino y eventualmente “volverse” Śrī Kṛṣṇa (ya que prema no solo implica un eterno existir, sino también un eterno devenir). Śrī VrajaKṛṣṇa claramente exhibe semejante dinamismo: la designación de “Dios” es descartada, mientras que el svarūpa-śaktyānanda se encuentra allí para facilitar este nivel de trascendencia en la propia vida del Absoluto. Cuando el Todo Atractivo se ve supremamente atraído hacia su propia forma (que de alguna manera se refleja aquí y allá) en un punto más allá del tiempo, ese rūpa-mādhurya representa una consecuencia directa de un tipo particular de prema, impactando a Bhagavān de una manera específica; de este modo, él se halla “tallando” una forma muy específica de sí mismo, la cual es el resultado del amor que ha recibido. Por ejemplo, Śrī Kṛṣṇa pretende exhibir su forma de catur-bhuja frente a Rādhā, únicamente para ver dos de esos cuatro brazos reducidos a la nada frente al amor divino de ella.

Aunque Śrī Hari es generalmente conocido como ātmārāma, por y para sí mismo, por su propia naturaleza (y la de su svarūpa-śakti) él se convierte en aquello que Ṭhākura Bhaktivinoda llamaría pararama, o “supremamente insatisfecho” en el contexto de la autosatisfacción. Esto lleva a Bhagavān hasta el punto de una nueva e inconcebible ecuación: a mayor insatisfacción, mayor ānanda. Dentro de esta consideración, incluso la etapa de ātmārāma (también presente en sabios autosatisfechos) es algo a ser trascendido en la búsqueda de un gusto superior, tal como el Bhāgavata lo menciona en su famoso verso ātmārāma:

ātmārāmāś ca munayo nirgranthā apy urukrame
kurvanty ahaitukīṁ bhaktim ittham-bhūta-guṇo hariḥ

“Todas las diferentes variedades de ātmārāmas, especialmente aquellos establecidos en el sendero de la autorrealización, aunque liberados de todo tipo de enredo material, desean prestar servicio devocional puro a la Personalidad de Dios. Esto significa que el Señor posee cualidades trascendentales y, por lo tanto, puede atraer a todos, incluidas las almas liberadas” (1.7.10)

Este śloka de lo más importante fue explicado por Mahāprabhu en dieciocho formas diferentes a Sārvabhauma Bhaṭṭācārya, y en sesenta y una formas diferentes a Sanātana Goswāmī. De hecho, no existe otro verso que Śrī Gaurāṅga haya explicado tan en detalle durante su līlā, y hay buenas razones para ello: el mismo enseña poderosamente cómo un ātmārāma (Śukadeva Goswāmī siendo el principal ejemplo en el Bhāgavata) dejará atrás no solo todo apego material sino incluso su estado de autosatisfacción, atraído por los incomparables atributos de Hari, en el contexto del bhakti. En otras palabras, el ātmārāma mahā-vākya del Bhāgavata representa el pramāṇa principal de esta obra en cuanto a la superioridad de la devoción sobre jñāna, de prema por encima de mukti. Dicho esto, dado que ātmārāma es también otro nombre de Kṛṣṇa, este verso podría aplicarse también a él en última instancia. Y debe hacerlo.

Siendo debidamente batido, el Bhāgavata revela perpetuamente todo un mundo de significados secretos en sus eternas páginas, tal como el moler las hojas verdes de la henna gradualmente manifiesta su rojizo contenido interior. Por lo tanto, nuestra inspiración para cualquier novedosa realización debe estar debidamente basada en las escrituras, y bendecida por nuestros pūrva-ācāryas. En este sentido, recibimos una pista única en lo que es el primer verso del rāsa-pañcādhyāya (10.29.1), en donde se dice que “aunque Śrī Kṛṣṇa es Bhagavān (bhagavān api), él se determinó (cakre) en su mente (manaś) en la dirección de disfrutar (rantuṁ) con las gopīs”. Al comentar sobre este śloka, Śrīla Jīva Goswāmī menciona que “El término ´Bhagavān´ se refiere aquí al hecho de que Kṛṣṇa es ātmārāma y āptakāma, pese a que él deseó disfrutar de todos modos sobre la base de dicha autosatisfacción. Así como los ātmārāmas (aunque completamente satisfechos) se ocupan en bhakti a Kṛṣṇa, de la misma forma Kṛṣṇa mismo, aunque es Bhagavān y por ende alguien completamente satisfecho, deseó disfrutar con las gopīs”.

Entonces, de la misma manera en que los sabios ātmārāma se convierten en “algo más” al contactar a bhakti y Bhagavān, Ātmārāma Śrī Kṛṣṇa también se convierte en algo más al entrar en contacto con aquellos atributos que él posee, los cuales son en realidad el resultado de él interactuar con su propio svarūpa-śakti. Esta interacción crea características asombrosas dentro de sí hasta tal punto, que Dios mismo se siente incompleto ante tal escenario. En otras palabras, cuando Rasarāja Śrī Kṛṣṇa es testigo del máximo cenit del mahā-bhāva (Śrī Rādhā), él se ve arrojado a una situación totalmente nueva en donde realiza que hay algo en él que hace que Rādhā sea como ella es, desarrollando así un particular vacío en sí mismo, y el consiguiente deseo de saborear dicha experiencia. Y solo existirá una solución posible a tal dilema, en la forma de Śrī Caitanya.

Él es aquella misma persona que presentó el verso ātmārāma de muchas formas diferentes, excepto por una explicación “faltante”: él nunca consideró exponerse a sí mismo en las líneas de dicho śloka. En su humildad natural, y debido a la profundidad de su descenso, Śrī Gaura Kṛṣṇa intentó evitar esto, pero el deber real de todo devoto será el de amorosamente exponer a su propio iṣṭadeva, para el placer de sus sirvientes. Por lo que aquí vamos: intentando señalar al Señor Dorado, la evolución natural de la insatisfacción divina de Kṛṣṇa, así como el posterior līlā que se manifiesta, con la intención de resolver semejante acertijo, todo lo cual ha sido proclamado a viva voz en las páginas del Bhāgavata, especialmente en el verso ātmārāma.

Como se mencionó anteriormente, la palabra ātmārāma puede referirse en este verso a Śrī Kṛṣṇa, quien deriva placer de sí mismo. Además, la palabra munayo (pensadores) se aplica naturalmente a él, así como la palabra nirgranthā, o aquella persona que está más allá de todo enredo y/o declaraciones estándar de las escrituras. Dicho esto, él abandonará semejante estado tan privilegiado al sentirse atraído por sus propias maravillosas cualidades (ittham-bhūta-guṇo hariḥ) y al intentar satisfacer su deseo de experimentar bhakta-bhāva. Por ende, él se ocupa en bhakti puro a sí mismo (kurvanty ahaitukīṁ bhaktim), tal como cuando Rādhā Ṭhākurāṇī adora a su amado Urukrama (“el gran aventurero”). Pero, ¿cómo puede Śrī Kṛṣṇa ocuparse en bhakti a Śrī Kṛṣṇa? Al considerar la perspectiva abheda de nuestra ecuación bheda-abheda, el svarūpa-śakti de Kṛṣṇa es de hecho uno con él, y es en ese sentido que esta interpretación en particular llega a ser posible, al Śrī Kṛṣṇa adoptar el humor y lustre de su parā-śakti, apareciendo como Śrī Gaura Kṛṣṇa. Intentando honrar la cuidadosa y múltiple presentación que Mahāprabhu hizo de esta gema, así como considerando la posibilidad de rasābhāsa y viruddha-siddhānta en mis propias palabras, he consultado con diferentes paṇḍitas Vaiṣṇavas de renombre, y ellos han aprobado misericordiosamente la presente explicación, asegurando que las perspectivas de tanto tattva como bhāva fueron debidamente incluidas aquí.

Además del hurto de Mahāprabhu con respecto al amor de Rādhā en el contexto de su channa-avatāra-līlā, ciertamente podemos decir que una de las razones para el silencio de Gaura aquí, fue su extraordinaria modestia. Por ejemplo, cuando Śrī Rūpa se encontraba presentando parte de su poesía acerca de Rādhā-Kṛṣṇa ante el Señor y sus asociados, un hermoso verso sobre las glorias de Mahāprabhu apareció eventualmente y Gaura, aunque internamente complacido, externamente lo consideró como “una detestable gota de veneno en un océano de néctar”. Rāya Rāmānanda respondió luego diciendo que él consideraba que tal gota no era veneno sino alcanfor, mientras que Gaura expresó su vergüenza, considerando que la gente podría llegar a burlarse del contenido de tales versos. Rāmānanda invocó entonces su jaque mate, al decir que “en lugar de burlarse, la gente en general sentirá gran placer al escuchar dicha poesía, ya que el recuerdo inicial de la Deidad venerable de uno siempre invoca buena fortuna”. De esta forma, aquellos devotos quienes insistían en que Śrī Rūpa agregara una sección gaura-candrikā a sus nāṭakas (tales como Lalita-mādhava y Vidagdha-mādhava) dulcemente discreparon con Gaura, apoyaron a Śrī Rūpa y finalmente ganaron su caso, lo cual resultó en el famoso ślokaanarpita-carīṁ…”.

Esto es lo que conocemos como gaura-līlā, o aquel momento en la eternidad en donde Śrī Kṛṣṇa duda de su propio estatus, debido a la poderosa experiencia de Śrī Rādhā y así, trascendentalmente insatisfecho, procede a ir detrás del bhāva de ella, habiendo tenido un vislumbre de la forma suprema de svarūpa-śaktyānanda, la cual él nunca podría concebir sin ella. Gaura Kṛṣṇa representa así la culminación de la insatisfacción divina, simultáneamente personificando el rostro más frágil del Absoluto, y a su vez su lado más volcánico. Mientras que Śrī Vraja Kṛṣṇa es considerado como la Suprema Personalidad de Dios, Śrīman Mahāprabhu será entonces considerado como la Suprema Personalidad de Kṛṣṇa. Por lo tanto, este gaura-līlā nos enseña una lección de lo más valiosa: nuestra más empoderada perspectiva yace en la tierra de la vulnerabilidad. Y ese es nuestro secreto a voces, ese es el Dios al que adoramos.

Habiendo hablado de su propia vulnerabilidad, así como de aquello que lo trajo aquí para resolver su dilema, tal vez esta sea la razón por la que Mahāprabhu eligió explicar el verso ātmārāma tantas veces, exaltando así las virtudes de la insatisfacción divina y de su alcance último, en la forma de su propio regalo. Por lo que, aunque nuestro iṣṭadeva debería ser escondido en la más confidencial recámara de nuestro corazón, al mismo tiempo deberíamos calificarnos para exponerle apropiadamente, de una forma que le sea placentera a él y a todos. Rāya Rāmānanda hizo exactamente eso al final de su saṁvāda con Gaura, hasta el punto de que Gaura mismo tuvo que cerrarle la boca, ya que Rāmānanda estaba diciendo demasiado. Por otro lado, Mahāprabhu le dijo a Sanātana Goswāmī que fue únicamente por su asociación que él se inspiró en presentar tantos significados del verso ātmārāma, a lo que Gaura concluyó diciendo que “si alguien se vuelve loco tal como yo, también podrá entender el significado del Bhāgavata como yo lo hice”. De esta manera, que Śrī Guru y Gaurāṅga nos bendigan a todos para que algún día podamos adquirir aquella locura requerida para realmente comprender el Bhāgavata, esperando sinceramente que Śrī Śacīnandana llegue algún día a cerrar nuestra boca y nos arroje a su nitya-līlā, nuestra tierra de no más retorno.

Parte 1

Share the Post:

Related Posts